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DIARIO
de CM
HARDT
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Poco
después de leer el artículo sobre el trabajo
de Emilio Silva, el mismo Emilio se puso en contacto conmigo
para pedirme una copia de Muerte en El Valle.
¡Qué sincronicidad! Después de verla me
preguntó si podía organizar una proyección
especial de ella en Madrid, en el mes de septiembre, durante
la celebración del aniversario de la fundación
del PCE y si podía asistir para participar en una sesión
de preguntas y respuestas al final. Aunque sonaba estupendo,
mis compromisos no me permitieron ir. Además, no quería
hacerme ilusiones y verlas pisoteadas dos minutos más
tarde. Estaba siendo cauta.
Setiembre 2002
La película fue proyectada y recibí varios e-mails
de algunos presentes, incluidos Emilio Silva y el director
francés Gilles Gasser. En ellos me contaban lo emotiva
que había sido la proyección: “Durante
la presentación la sala estaba muy llena (250 personas
más o menos) y al final, después de un silencio
corto y pensativo, tu película fue recibida con aplausos
entusiastas. La mayoría de los espectadores eran miembros
de familias con personas desaparecidas, en una situación
muy similar a la tuya cuando decidiste hacer tu película.
Pude ver que ésta les ayudó mucho a tomar acción
e investigar la verdad”.
Unos meses más tarde, Peter Carroll, de la Abraham
Lincoln Brigade (ALBA), me contactó para organizar
una posible proyección con una sesión de preguntas
y respuestas. Al parecer una persona que había visto
la película en la proyección de Madrid se la
había recomendado.
Abril 25, 2003
La Brigada de Abraham Lincoln organizó una
proyección en la Universidad de Nueva York (NYU) presentada
por Emilio Cassinello, el cónsul español en
Nueva York, cuya familia también había sido
víctima del régimen de Franco. Fue una velada
increíble. NYU iba a ser la sede oficial de los archivos
de ALBA y esta era la inauguración oficial. Habían
escogido Muerte en El Valle como
el plato principal de la noche. Fue un honor para mí.
Muchos de los miembros de la asociación local de Nueva
York asistieron a la proyección. Me habían ayudado
mucho al empezar las investigaciones de la película.
Aunque les había mandado copias cuando la terminé,
me alegró que la vieran en la gran pantalla. También
acudieron mis primos, Melanie y Pablo Redondo Jr. (los hijos
de mi tío Pablo), mi madre, Anouk Hardt, y mi productor
asociado, Matthew Yeomans. NYU corrió con los gastos
del viaje a Nueva York. ¡Estaba entusiasmada!
January 2004
A principios de 2004, Santiago Macias, cofundador de la Asociación
para la Recuperación de la Memoria Histórica,
se puso en contacto conmigo para incluir un resumen de Muerte
en El Valle en un libro que estaba escribiendo
sobre historias similares a la mía en la región
de El Bierzo. Emilio Silva y él habían publicado
un “best seller”, Las Fosas de Franco
(2003), sobre las fosas encontradas a orillas de las carreteras
de toda España.
Mayo 2004
Peter Carroll, de ALBA,
me invitó a realizar otra proyección en la Universidad
de California en Berkeley, con una sesión de preguntas
y respuestas al final. Intenté organizarme y pasé
muchas noches quemando DVDs en mi recién estrenado
ordenador Mac G4. Vendí unas cuantas copias, o mejor
dicho, lo hizo mi maravilloso novio, Steve Barkan, sentado
en la mesa de ventas. Mucha gente me preguntaba si existía
algún sitio en internet donde pudieran comprar la película
o leer sobre ella y empecé a pensar que debía
ponerme seria y encargarme del marketing de Muerte
en El Valle yo misma. La tecnología de
internet me lo permitía y no me gustaba decirle que
no a la gente.
Julio – Agosto 2004
Por fin conocí a Emilio Silva y Santiago Macias en
España durante el verano de 2004. Fue increíble
conectar mutuamente. Teníamos tanto de que hablar.
Santiago fue muy amable y nos condujo a mi madre y a mí
a los archivos militares de la ciudad de El Ferrol, en la
costa noroeste de España. Allí había
encontrado informes de la policía sobre los eventos
de El Valle y había obtenido un permiso especial para
revisarlos a discreción. Parecía que en España
las cosas se estaban relajando entorno a este tema.
El informe de la policía resultó ser el mismo
que yo había descubierto 12 años antes, mientras
me preparaba para realizar Muerte en El Valle
en los Archivos del Gobierno Militar de León. Aparentemente
habían sido transferidos; todos los documentos de la
era franquista habían sido centralizados en una sola
ubicación. ¡Pero sí que habían
cambiado los tiempos! En esta ocasión no estaba tiritando
por miedo a que me descubrieran y me metieran en la cárcel.
Cuando, sin esperarlo, encontré el informe, sabía
que estaba prohibido leerlo con propósitos periodísticos,
pero estaba resuelta a hacerlo. Me hice la loca y flirtee
con el archivista en León, convenciéndolo de
alguna manera de que estaba bien que me dejara verlo. Me sentó
en su oficina, donde podía vigilarme, pero cuando no
miraba fotocopiaba todo lo que podía sobre la historia
de El Valle y me lo escondía en los pantalones. Estaba
entusiasmada y aterrorizada al mismo tiempo. Así es
como encontré los nombres de los Guardias Civiles que
apretaron el gatillo del arma que mató a mi abuelo.
Al leer el informe lenta y cuidadosamente concluimos que en
ningún lugar se mencionaba el nombre de un soplón
o confidente de la policía en El Valle. Sin embargo,
con el tiempo que tuvimos, pude fotografiar los testimonios
con detalle y he incluido las fotografías en este sitio.
Las incongruencias, absurdas, son fascinantes y vale la pena
compartirlas. Lo más llamativo es la declaración
de los guardias sobre cómo le metieron a mi abuelo
10 tiros en el pecho y 2 en la cabeza (si es que creemos el
reporte de la autopsia oficial) a
una distancia de 100 metros donde cayó muerto a las
7:30 p.m. a lado de su amigo Florentino Fernández.
“y a pesar de darles los citados guardias la voces
reglamentarias de “alto” no solamente no obedecieron
estas voces si no que por el contrario y amparados en la casi
oscuridad por la hora en que ocurrieron los hechos (diez y
nueve treinta horas ) y al mismo tiempo aprovechando lo abrupto
del terreno, continuaron en precipitada huida por lo que los
citados guardias, viendo la imposibilidad de darles alcance
a pesar de salir dichos guardias en persecución de
los mismos se vieron en la necesidad de disparar sus armas
contra los fugitivos los cuales cayeron en tierra a consecuencia
de los mismos en el acto a la distancia de unos cien metros
aproximadamente. “
Tal hazaña es imposible. Además, estos guardas
civiles testificaron que los prisioneros NO ESTABAN ESPOSADOS
porque el terreno era desigual y era difícil caminar
sobre el. Entonces, ¿cómo pudieron ellos o los
guardias distanciarse a 100 metros de cada uno, a una distancia
más larga que la longitud de un campo de fútbol?
Bueno, puedo seguir y seguir… pero dejémoslo
ahí.
Emilio Silva y Santiago Macias también vinieron a comer
a casa de mi abuela. Al principio se mostró reacia
a conocerlos o hablar del tema, pero después de un
rato Yaya cambió de idea. Le regalaron una copia dedicada
de Las Fosas de Franco y estaba
muy contenta. También nos mostraron un documental sobre
su trabajo de búsqueda de fosas comunes, lo que conmovió
visiblemente a mi abuela.
Santiago Macias y yo conectamos muy bien. El y su novia Susana
vivían cerca de El Valle y pasamos más de una
tarde juntos. Decidimos que sería bueno para los dos
incluir un resumen de la historia de El Valle en su próximo
libro. También le pregunté su opinión
a mi abuela, para asegurarme de que estaba de acuerdo, y lo
estuvo. Tanto Emilio como Santiago me urgieron que hiciera
una versión española de la película.
Pensaban que mucha gente querría verla en España,
aunque las estaciones de televisión no hubieran querido
emitirla hasta el momento. (Ese verano repetí el intento
de vender la película en España pero me la rechazaron
¡OTRA VEZ!) Sin embargo, el clima político acababa
de cambiar (tras los increíbles resultados de las elecciones
de marzo) y con un poco de suerte Zapatero, el nuevo presidente,
cuya familia también fue víctima de la represión
de Franco, podría darle un empuje al tema.
Asimismo, Emilio y Santiago se ofrecieron a ayudarme a organizar
más proyecciones de la película a las que yo
pudiera asistir. No tuvieron que decirme una palabra más.
Estaba convencida. Habían pasado 8 años…
pero España iba transformándose y se había
generado un movimiento poderoso e inspirador que quería
responsabilizar al General Franco de sus acciones y buscar
justicia para sus víctimas. ¡Y yo quería
ser parte de ello!
Los acontecimientos que Emilio y Santiago compartieron conmigo
son tan aterradores y brutales, tan numerosos, que no hay
espacio para describirlos aquí. Es suficiente saber
que en los últimos años se han descubierto nuevos
horrores sobre la forma en que el régimen de Franco
torturaba, esclavizaba o “rehabilitaba” a sus
victimas, con trabajos forzados en campos de concentración,
el uso de vacunas contra la polio defectuosas o expiradas
en hijos de “republicanos”, o una vida de servicio
obligado al gobierno de España.
Urjo a cualquiera interesado en estos temas a leer el libro
Las Fosas de Franco. La versión inglesa será
publicada en los Estados Unidos en otoño de 2005.
También saldrá a la venta el año que
viene el libro de Paul Preston, El Holocausto Español,
que promete ser de gran importancia histórica. Este
respetado y premiado historiador británico declara
en una entrevista al diario El País que “el
régimen hizo todo lo posible por falsificar lo que
ocurrió… (y que) los historiadores
internacionales han subestimado por completo la tragedia de
España…”. Según Preston,
las fosas comunes de Franco no son diferentes de las de Sadam
Hussein. “Nunca sabremos el número total de muertos…”
(500,000 y seguimos contando…) pero estima que solo
las víctimas de la represión exceden las 100,000.
Agosto 2004
A mi regreso a Los Angeles, comencé el complejo proceso
de realizar la versión española de la película
en DVD. Desafortunadamente para mí, Channel 4 había
"extraviado" la versión internacional de
la película. Me eché la culpa por haber confiando
en que ellos y M2, la instalación donde hicimos la
postproducción, la cuidarían. Después
de un ir y venir sin descanso, finalmente conseguí
los archivos de audio originales de la película un
par de meses más tarde. Con un poco de suerte, mi mezclador
de sonido, Michael Hutchinson, encontró otro mezclador
en Los Angeles, Rick Wilson, que tenía un equipo -un
dinosaurio de 15 años de antigüedad- que podía
abrir estos archivos. Wilson fue de mucha ayuda y, afortunadamente,
el sonido estaba en buenas condiciones. ¡Qué
alivio! Transferimos los archivos a Pro-Tools (un sistema
de edición de sonido) y pudimos empezar. Sin embargo,
tuvimos que rehacer la mezcla original por completo, lo que
puede ser muy costoso, excepto si tienes amigos en esta profesión.
Setiembre – Diciembre
2004
Para poder pagar mis cuentas y, aún más importante,
para completar el proyecto, tuve que volver a trabajar en
televisión.
Medio-Enero 2005 - Abril 19, 2006
No fue hasta mediados de enero de 2005 que por fin pude sentarme
a dedicarme por completo al proyecto, contratar a un diseñador
de la web, y comenzar el largo proceso de construir este sitio
y tomar todos los pasos necesarios para crear y sacar a la
luz el DVD. Me tomaría más de un año
de trabajo incansable, fines de semana incluidos, además
de la generosa e increíble ayuda de mi marido, mi ingeniero
de sonido, mi diseñador de Internet y varios buenos
amigos. Finalmente lancé el sitio en Abril del 2006.
¡Hurra! ¡Al fin!
AHORA, necesito TU ayuda para que la gente en España
–y en América, por supuesto-¡le presten
atención y pidan JUSTICIA para las victimas del Franquismo!
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Marzo 1996
Terminé Muerte en El Valle
a principios de marzo en 1996. Me acuerdo perfectamente
de ese día: estaba por las nubes, había terminado
lo que parecía imposible y, a pesar de querer rendirme
TANTAS veces, había perseverado.
Habían transcurrido casi cinco años desde
el comienzo de la película. Sin duda era el proyecto
más ambicioso que había acometido jamás,
y si consideramos el tipo de proyectos en los que trabajaba
por aquel entonces (viajes en ambulancia en el corazón
de Bed-Stuy o visitas para documentar el hambre en un Sudan
arrasado por la guerra), era decir mucho.
Pensé que una vez terminado el rodaje el resto del
proyecto iría sobre ruedas. La película sería
emitida en el Reino Unido, obtendría un buen recibimiento,
y luego sería vendida en varios mercados claves:
Estados Unidos (Channel 4 ya estaba en tratos con HBO),
por supuesto España, Francia y otros países
como México, Chile, Argentina…etc.
Estaba muy entusiasmada y llena de esperanza. Estaba convencida
de que todos necesitaban ver mi película, que compartir
esa experiencia tendría un impacto en un mundo que
todavía no había procesado la brutalidad de
la dictadura franquista.
Lo primero que tenía que hacer era proyectar la película
para mi familia, especialmente porque habían esperado
al margen pacientemente durante mucho tiempo. De aquel día
no se me escapa de la memoria ningún detalle. Matthew
Yeomans, por aquel entonces mi novio y productor asociado,
y yo, habíamos invitado
a toda la familia a nuestro pequeño apartamento del
Upper West Side, una tarde del fin de semana. Mi tío
Pablo y su esposa, mi tía Esperanza, sus hijos Pablo
y Melanie, mi abuela Josefa, a quién cariñosamente
llamamos Yaya, y mi madre Anuncia. El aire estaba cargado
de anticipación y yo tenía un puño
en el estómago. Fue un día donde volaron las
emociones. Vieron la película en silencio….
Cuando se terminó todas las mujeres tenían
lágrimas en los ojos. Mi tía fue la primera
en levantarse, me felicitó y me dio un beso en la
cara, como hicieron mi prima y luego mi madre. Mi abuela
estaba sentada en “shock”. No estaba segura
de que hubiera entendido todo porque su inglés no
era muy bueno y yo no había traducido la película.
Entonces mi tío se puso a discutir sobre algo con
mi abuela, una escena típica en mi familia.
Había pasado el mal trago. La anticipación
había sido mucho peor que la experiencia real. El
resto de la tarde fue muy animada, emocional, terapéutica,
profunda, liberadora y agotadora. En definitiva, ¡memorable
y extraordinaria!
Sin embargo, mi tío no me dijo una sola palabra.
Se paso dos horas enfrascado en una conversación
con Matthew. Yo tenía curiosidad por saber cómo
se sentía, pero ni me hizo reproches, como ocurrió
tantas veces mientras hacía la película, ni
tampoco hizo ninguna mención sobre mi trabajo. Mi
prima Melanie me dijo más tarde que la copia de video
que le di la puso casi todos los días ¡durante
dos semanas seguidas! Saber que le había impactado
y que sentía curiosidad por la película me
hizo sentirme mejor, incluso si no quería compartirlo
conmigo. Mi tío Pablo nunca deja de sorprenderme.
Cuando estaba segura de que estaría dispuesto a ayudarme
a hacer la película, se negó rotundamente,
y cuando estaba segura de que sería muy crítico
con el producto final, nunca me dijo una palabra.
Diciembre 1996
Muerte en El Valle
se estrenó en el Reino Unido el 8 de diciembre de
1996 y obtuvo un buen recibimiento. Fue escogida como “pick
of the day” (algo así como la actividad recomendada
para ese día) en los principales periódicos
de la nación, incluidos The
Sunday Times, The
Independent y The
Observer. The
Guardian publicó un artículo de media
página entrevistándome sobre la realización
del film. Los índices de audiencia superaron con
mucho el millón, ¡a la altura de la serie Dragnet!
No estaba mal para un documental independiente. Estaba muy
contenta y tal vez por eso pensé que mi gente –los
americanos y los españoles- superarían con
creces esas cifras.
Con respecto a la distribución, mi abogado me aconsejó
que no siguiera con Channel 4 y así lo hice. Hoy
pienso que no fue la mejor idea, pero tampoco creo que hubiera
hecho mucha diferencia en España. Yo pensaba que
los distribuidores se iban a dar de tortas para representar
a Muerte en el Valle, pero fue
todo lo contrario, tuve que buscar mucho hasta encontrar
uno decente. Jan Rofekamp, cuya compañía Film
Transit es una distribuidora muy importante, me advirtió
de los retos que enfrentaría al intentar distribuir
la cinta en España. “Es como tratar de vender
una película del Holocausto en Alemania”. Al
final me quedé con Forefront Films, una
pequeña distribuidora que, inicialmente, apostó
fuerte por la película.
Setiembre 1996
A pesar de sus intentos, Forefront no tuvo suerte. Los comentarios
que recibían de los programadores de todo el mundo
era que la película no era fácilmente catalogable
porque era histórica, personal, política e
intergeneracional, y la calidad filmográfica “a
lo guerrilla” tampoco ayudaba. (¡Cómo
han cambiado los tiempos!... siempre he dicho que los británicos
están por delante del resto del mundo). En España
obtuvieron un rechazo tras otro, lo que les sorprendió
a ellos tanto como a mí. Pensábamos que el
tema era tan pertinente que, a pesar de ser polémico,
era obvio que se vendería fácilmente. Escribí
personalmente a Pedro Erquicia –uno de los productores
más conocidos y respetados de Televisión Española
(TVE)- implorándole que considerara emitir la película
como parte de su serie. Aunque fue muy amable, vio mi película
y me escribió
de vuelta felicitándome por la “magnífica
realización” del proyecto, también añadió
un tanto misteriosamente que “no tenemos posibilidad
de adquirir su programa…..por que dado el desfase
que se ha producido entre la fecha de recepción de
su VHS, y la posible emisión, varios días
de retraso, ha hecho que se pierda la actualidad que requiere
este programa.” En ese momento me di cuenta de que
Jan Rofekamp tenía razón y que los medios
de comunicación en España tenían miedo
a la película.
Febrero 1997
Aunque estaba muy decepcionada, no quería rendirme.
Decidí darme un descanso y concentrarme en los Estados
Unidos. Participé en el circuito de festivales. Los
comentarios eran positivos y muy prometedores: el público,
que no le tenía miedo al tema, por fin estaba viendo
Muerte en el Valle. Fue un alivio
que la película siempre tuviera tan buenos resultados
durante sus proyecciones, sintonizando con expatriados españoles,
pero también con inmigrantes que habían experimentado
problemas políticos en sus propios países.
Muerte en el Valle fue proyectada
en el AFI Festival de Los Angeles, el Margaret Mead Film
Festival de Nueva York, el Taos Talking Picture Festival
de Nuevo México, el Vermont Film Festival y en USA
Film Festival, donde quedó finalista. En Nueva York,
mi ciudad natal, obtuvimos buena cobertura en The
Village Voice y la revista New
York. Los festivales me mantuvieron fuerte. La gente
reaccionaba de manera calurosa y apoyaba lo que había
hecho, algunos incluso tenían historias similares
que compartir. Conectar de esa manera con el público
fue uno de los aspectos más satisfactorios del proceso
cinematográfico. Me hizo darme cuenta de que lo que
realmente es importante para mí como cineasta es
inspirar, emocionar y conmover a la gente.
Estaba lista para que mi película llegara a un público
más amplio. HBO,
al que le gustaba el carácter provocador de la cinta,
acabó por no interesarse porque, en palabras de Sheila
Nevins: “Somos televisión de pago y no emitimos
subtítulos con frecuencia”. POV
también lo rechazó, pero me pidió que
volviera a presentarlo al siguiente año; uno de los
directores de programación me aseguró que
el proyecto era perfecto para ellos.
Setiembre 1998
Pasó un año y la película fue rechazada
una y otra vez. No sé por qué me pedirían
que volviera a presentarla, estaba descorazonada.
Por suerte, poco después me consolé cuando
WNET,
la estación local de televisión pública,
se interesó en Muerte en El Valle
y me ofreció un acuerdo. (Sólo para poner
las cosas en perspectiva para aquellos que seáis
cineastas, lo que ganas con una venta a POV o incluso HBO
–lo que no es mucho- tendrías que venderlo
a 50 o 60 estaciones de televisión pública
para igualarlo). La película fue estrenada en la
televisión estadounidense el 27 de septiembre de
1998 en WNET,
como parte de una serie titulada Cantos Latinos.
Mientras tanto, no había tirado la toalla con España.
Sabía que allí encontraría la retribución
emocional y mi historia no se completaría hasta que
no se emitiera allí. También sentía
que se lo debía a mi abuela. Para entonces, y después
de descubrir cuanto miedo y resistencia había entorno
a un tema tan controversial, Forefront, mi distribuidora,
había relegado Muerte en El Valle
al cajón del olvido. Pero en mi tiempo libre yo seguía
intentando hablar con cualquier persona que pudiera ayudarme.
Contacté a gente muy interesante, como Ricky Posner,
productor de Pedro Almodóvar por aquel entonces,
y le alisté para que me ayudara a vender la película
en Francia y España. Tenía grandes conexiones
pero nadie quería morder el anzuelo. Un ejecutivo
de TVE fue directo al grano: “Este asunto es demasiado
sensible y nadie va a emitir esta película en España”.
¡Los dos nos quedamos de piedra! Me parecía
increíble que todo el país tuviera miedo de
hablar de este tema y no sólo los pobladores de El
Valle.
Noviembre 1998
Decidí enfocarme en otra cosa. El tema me estaba
deprimiendo y era obvio que no iba a ganarme la vida, ni
de lejos, vendiendo la película, así que me
concentré en encontrar trabajo. Había decidido
que estaba más interesada en el trabajo de colaboración
que entrañan las producciones, y que tratar de ser
fotógrafa y cineasta al mismo tiempo era abrumador.
Comenzar una nueva profesión me asustaba, especialmente
cuando ya me había hecho un nombre como fotoperiodista
en Nueva York, pero pensé que Muerte
en El Valle podía abrirme algunas puertas.
Y lo hizo. Encontré trabajo como productora de segmentos
en City Arts (ahora EGG), una serie premiada con
un Emmy. Más tarde, a través de alguien
que conocí allí, me contrataron como directora
de campo de Taxicab Confessions y gracias a otro
contacto fui a trabajar en Road Rules, para la
versión de latinoamericana de MTV. Fue entonces cuando
decidí mudarme a Los Angeles para dedicarme por completo
a la producción. .
Enero 2000
Decidí que sería beneficioso contactar a algunas
estaciones de PBS y averiguar si estarían interesadas
en emitir Muerte en El Valle.
Significaba mucho trabajo, pero valdría la pena si
alguna quisiera emitirlo. Más ventas (por pequeñas
que fueran) significaban más publicidad, y más
publicidad podría aumentar la posibilidad de ser
emitida en España. En 2001, WGBH
de Boston, una de las estaciones de televisión pública
más prestigiosas de la nación, mostró
mucho interés.
Mientras tanto, contacté más gente en España.
A un VP español de Universal Music, que conocí
durante mi trabajo en MTV, le había gustado Muerte
en El Valle. Contactó personalmente
a un amigo, el director de Canal Plus, pero nunca obtuvo
respuesta. Fue la gota que colmó el vaso. Me rendí.
Había hecho todo lo humanamente posible por la película.
Seguía creyendo que un día sería emitida
en España, pero por el momento tenía que dejar
de darme de cabezazos contra la pared.
Fue entonces cuando pasó algo muy divertido. La película
cobró vida propia… es curioso, a veces uno
tiene que estar dispuesto a ceder algo antes de que las
cosas tomen un rumbo mejor.
Julio 2002
Mi prima Melanie (la hija de mi tío Pablo) me envió
por e-mail un artículo de The Guardian titulado
Bringing
Franco's Crimes To Light (algo así como Los Crímenes
de Franco a la Luz), sobre las fosas comunes descubiertas
en España. El artículo mencionaba una organización
llamada Asociación
para la Recuperación de la Memoria Histórica
que había sido cofundada por Emilia Silva, cuyo abuelo
también había sido asesinado durante los años
de Franco. El artículo me sobrecogió por razones
obvias, pero también porque me dio esperanza de que
este movimiento creciera y se hiciera grande. Silva, al
frente de un movimiento con una lista de 80 fosas y 800
muertos solamente en la región de Castilla-León,
demandaba que las Naciones Unidas obligaran a España
a enfrentar su pasado.
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